UFC 308: Topuria-Holloway

Topuria entra en otra dimensión: noquea a Holloway y retiene el cinturón de campeón de la UFC

El hispano-georgiano se consolida como una estrella de la UFC al imponerse al estadounidense

Topuria besa al Rey Emérito Juan Carlos nada más tumbar a Holloway

Topuria
Ilia Topuria, durante el pesaje previo a la pelea contra Holloway. (EFE).

Dijo que lo iba a hacer, que era inevitable y lo hizo. España vuelve a venerar a su campeón, Ilia Topuria, que ha retenido el cinturón tras noquear a Holloway en el tercer asalto. «Me da mucha alegría que nunca nadie haya podido noquear a Max. No tengo ninguna duda de que voy a ser el primero en apagarle la luz», auguraba  El Matador (16-0) que ha convertido su predicción en realidad. Este sábado, ante Holloway, ha logrado un imposible y su arribo definitivo en la eternidad.

Ilia Topuria nació en Alemania, tiene orígenes georgianos, creció en Alicante, alcanzó la gloria en Los Ángeles y se ha consagrado como leyenda de la UFC entrenando en suelo español. «Toda mi vida está en España». Desde este sábado, su vida tiene otra ciudad marcada a fuego: Abu Dabi. En Emiratos Árabes Unidos ha escrito -otra vez- su nombre en la historia del deporte al derrotar a Max Holloway y ratificar así su legado en la división.

El nombre de Ilia Topuria resonará en los próximos tiempos con mayor fuerza de lo que lo ha hecho nunca. El Etihad Center presenció el arribo del luchador en otra dimensión. Su legado se mide en que muchas personas, jóvenes en su mayoría, han cambiado de canal en sus dispositivos para dejar a un lado el Clásico del fútbol español y abrazar a la pelea de Ilia. Algo impensable hace no mucho tiempo.

El Matador saltó al octógono del Etihad Center confiado y enfocado. Era su momento, le llegó la hora poco más de ocho después de haber tumbado a Volkanovski. Ahora, convertido en un fenómenos de masas, derribó la incertidumbre que genera defender el cinturón por primera vez para traspasar fronteras de manera definitiva. Su victoria es clave para confirmar su condición de superestrella del deporte y consolidar así el auge de las MMA en España.

La pelea era más que una defensa del título. Era la construcción de un legado. Topuria entró al octógono con aplomo. El estadounidense trató de llevar la pelea arriba, donde se siente más cómodo. Holloway es más grande, por lo que trató de imponer la distancia. Topuria acortó huecos y fue llenando el saco de golpes.

Ilia cumplió su palabra, le señaló el centro del octógono para jugar a la ruleta rusa, pero no hubo intercambio de golpes en los primeros diez segundos. Lo rechazó Holloway que le señaló el costado del octógono y le recibió con el respeto que merece el campeón. Ilia, evitó las patadas iniciales que en otros combates le hicieron ir a remolque y llevó la pelea al suelo.

No fue hasta el segundo asalto cuando empezó crecer la temperatura en la batalla del desierto. «Cuidado con la distancia», le decía su equipo a Holloway. Acortaba espacio Ilia, se le iban bajando las persianas al estadounidense hasta que Topuria le apagó las luces con una combinación descomunal.

No lo soportó Max, que cayó y no se levantó. Primera vez que le noquean. Ilia vuelve a consagrarse como campeón del mundo. Abu Dabi fue testigo del arribo en otra dimensión. El de Topuria como superestrella del deporte y promotor de las MMA en España. Volvió a sacar las rosas, a abrazarse con su equipo. Su legado es eterno.

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